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TRES PERIÓDICOS NADA MÁS

La Tierra, 29/03/2018

Comenzaré por una frase que en su día me hizo pensar en la palabra, “verdad”, ¿que es verdad?, ¿como se aplica el concepto?, y sobre todo, como lo tenemos que tomar si la famosa verdad nos implica en algo.

«Depende del cristal y del color con que se mire». Por ello, no deja de ser abstracto tanto la palabreja, como su sentido, que se aleja de ser rigurosa, como la insigne balanza apañada por majestuosa hembra, que por más, se hace la inocente con sus ojos vendados, como si de un juego caprichoso y sutil se tratara en una fiesta privada.

El hecho es, que la condición humana la tenemos, con emociones y libertades personales. Tal vez demasiadas normas generales que establecen cosas concretas nos aturden. Tal vez porque, quien suspira, ¡puede ser el traidor!, ya que la libertad de expresión, de decisión sobre el futuro y el bienestar, fuera sólo de los que ponen normas para controlar.

Hablo sin querer, de libertad, capricho, control, que hace en si mismo a quien se mantiene en “control por seguir normas sociales que no tienen que ver con las libertades” preso de si mismo, aun cuando la naturaleza a libre albedrío lo hace mejor.

Me voy a referir a un pensador, loco, transeúnte, (eso lo digo yo), pensador si, que como otros bailó con la más fea, pero también se codeo con las más guapas. Su ingenio saco frases y conceptos sublimes, (esto último lo digo yo) vamos por muestras, y un botón.

Una de las supersticiones del ser humano es creer que la virginidad es una virtud”, aquí el señor Voltaire, nos hace bailar la cabeza, -que cada uno lo tome por el camino que desee, y si nos fijamos es muy abierto-

Dicen que al buen entendedor con pocas palabras basta.

Ahora me apaño una más de este ilustre, (esto no lo digo yo),¡lo acabo de leer!, “La idiotez es una enfermedad extraordinaria, no es el enfermo el que sufre por ella, sino los demás”

Esto de hoy, no es más que gritar al viento sin saber muy bien a donde lleva. Se que para alguno es abstracto dicho así, también a los sucesos que acaecen en estos momentos críticos y me refiero a nuestra península, concretamente a como circulan leyes y leyecitas, para acomodarse la sardina cada uno a su zurrón.

Me pregunto, ya sin más, ¿Somos capaces de reconocer la verdad o nos dejamos llevar por la historia de los demás?

Bien, hasta aquí os dejo mi momento café y extracto de un periódico, o tres, pero en todo caso, buen provecho.

Escrito por: José María Regañó

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